La Osteopatia
El concepto de Osteopatia surge en 1874 con su fundador Andrew Taylor Still: la osteopatia o medicina osteopatica es una filosofía, una ciencia y un arte. Su filosofía engloba el concepto de la unidad de la estructura y función del cuerpo en la salud y en la enfermedad. Su ciencia comprende las ciencias químicas, físicas y biológicas relacionadas con el mantenimiento de la salud y la prevención, curación y alivio de la enfermedad. Su arte es la aplicación de su filosofía y su ciencia a la práctica de la medicina osteopatica. Esta es una muy buena definición totalmente vigente, y que hace comprender la dimensión global de la Osteopatia. Para acabar de comprender mejor en que consiste la Terapia Osteopatica es necesario conocer los principios básicos por los cuales se rige:
La estructura gobierna la función: un elemento corporal (órgano, vértebra, articulación, tejido...) alterado en su estructura, es decir, en su capacidad de movimiento, nutrición, características intrínsecas, verá alterada su función. Si nos aseguramos que la estructura de este elemento está bien, por ejemplo, recuperando su movilidad fisiológica, rompiendo las restricciones que lo atenazan, conseguiremos que su función recupere su correcto funcionamiento, sin alteraciones.
Concepción holística del cuerpo: el cuerpo es un todo y no la suma de unas partes. Todos los sistemas se mezclan y tienen que ser valorados y tratados, si hace falta.
Arteria suprema: los sistemas fluídicos del cuerpo aseguran la limpieza y nutrición de todos los tejidos del cuerpo. Si aseguramos que esto sea así, aseguramos la salud del cuerpo.
Autocuración del cuerpo: en osteopatia no curamos nada; es el cuerpo el que tiene esta capacidad por sí solo, lo que hacemos nosotros es eliminar sus restricciones y limitaciones para que él pueda hacer su trabajo.
El osteópata persigue en todo momento comprender qué sucede en el organismo del paciente y cómo este se organiza para mantenerse saludable; su objetivo no es otro que ayudarlo a conseguirlo. Todo se fundamenta en que la salud no es un estado sino un equilibrio dinámico que constantemente se reajusta y se equilibra para hacer frente a las fuerzas y factores internos y externos que lo alejan de su homeostasis (equilibrio fisiológico).
Cualquier persona en desequilibrio puede ser tratado osteopaticamente, teniendo en cuenta que todos estamos sometidos a multitud de estrés (mecánico, emocional, químico...), todos nos podemos beneficiar de esta terapia, desde la prevención hasta el tratamiento de patologías ya establecidas. El abordaje técnico siempre será, la terapia manual desprovista de aparatologia.
La Fisioterapia
La podemos definir como la ciencia del tratamiento a través de: medios físicos, ejercicio terapéutico, masoterapia y electroterapia. Además, la Fisioterapia incluye:
1. La ejecución de pruebas y tests manuales para determinar el valor de la afectación y fuerza muscular,
2. Pruebas para determinar las capacidades funcionales.
3. Valoración de la amplitud del movimiento articular.
4. Determinación de la capacidad vital.
5. Ayudas diagnósticas para el control de la evolución del tratamiento.
La Fisioterapia utiliza un conjunto de técnicas, las cuales, mediante la aplicación de agentes físicos curan, previenen, recuperan y readaptan a los pacientes susceptibles de recibir tratamiento físico. Una de las partes fundamentales del tratamiento fisioterapéutico es la readaptación al esfuerzo sobre todo en deportistas pero también en pacientes que no lo son.
Gracias a ella, después de conseguir la necesaria curación tisular, se consigue devolver al paciente al rendimiento deportivo en los pacientes deportistas y a recuperar la funcionalidad cuotidiana perdida en los que no lo son.